Se les enseñaban dos tarjetas, en una había una raya de un tamaño y en la otra había otras 3 y una de ellas era de igual medida que la primera tarjeta.
Se les pedía que dijesen según la raya de la primera tarjeta, cual era igual en la otra.
Las personas compinchadas decían una solución equivocada, y la víctima aunque pensase otra solución acababa diciendo la misma.
Quería demostrar, que la presencia de un grupo causaba al otro dejarse llevar.